jueves, 2 de febrero de 2012

Pierre Schaeffer

Si el artista italiano Luigi Russolo, perteneciente a la vanguardia futurista, colocó la primera piedra en la historia de la música electrónica al empezar a construir sus Intonarumori (que imitaban sonidos urbanos como el acelerar de un automóvil o los pasos de los obreros que salían de una fabrica) a partir de 1910, Pierre Schaeffer subirá otro peldaño al crear lo que conoceremos como música concreta, sin duda la mayor revolución sonora acontecida en Occidente desde el dodecafonismo y el desarrollo de la atonalidad promulgado por el músico vienes Arnold Schönberg o los propios aparatos de Russolo.

Nacido en la ciudad francesa de Nancy en 1910, Pierre Schaeffer era hijo de un violinista y una cantante. Ese entorno musical le llevará pronto a ingresar en el conservatorio de su ciudad para estudiar chelo. Pronto renunciará a esta formación como instrumentista para matricularse en electricidad y telecomunicaciones. Con sus estudios terminados, entrará a trabajar en la radio pública de París en 1936, lo que marcará el punto de partida de su andanza en el mundo de la electroacústica.

Obsesivamente atraído por las posibilidades del estudio de grabación y los elementos que lo integran iniciará una obra teórica centrada en la escucha y no tanto en el sonido.

Será en 1948 cuando Pierre Schaeffer inicio su estudio y catalogación de los sonidos alterados mediante la manipulación del disco y el fonógrafo, lo que precipitará el nacimiento de la música concreta. Con “Études de Bruits”, cinco trabajos donde Schaeffer conjuga distintas velocidades de reproducción, construye loops y crea distorsiones, delays, reverberaciones y otros efectos con la ayuda del medio reproductor comentado.


Pierre Schaeffer con la música concreta descubrirá el potencial creativo del estudio de grabación convirtiéndolo en un elemento determinante en el proceso compositivo y creativo. Nacerá así un género que no se pode entender sin la presencia de los dispositivos electrónicos, aunque no por naturaleza sistemática. Si los Intonarumori de Russolo eran unos emuladores sonoros de la realidad (industrial), los músicos concretos tomarán los sonidos directamente de la realidad gracias al desarrollo de la microfonía y las técnicas de grabación. Utilizando la cinta magnética como soporte y al mismo tiempo obra, el director graba sonidos concretos, es decir, sin marcar una directriz tonal o tímbrica trabaja con objetos sonoros ya existentes que graba, manipula y yuxtapone. El resultado es una obra que no puede ser interpretada, la música concreta solo se puede escuchar inalterable e infinitas veces sin que tenga la más mínima variación ya que la subjetividad de la interpretación humana queda erradicada pues solo depende de la eficacia y calidad del equipo reproductor.

Schaeffer es considerado el creador de la música concreta. Es autor del libro titulado Tratado de los Objetos Musicales, en donde expone toda su teoría sobre este tipo de música. Cuando en 1948  le dió el nombre de Concrète a la música que él había inventado, quería señalar que esta nueva música partía del material sonoro concreto (concret sonore), del sonido oído, buscando extraer de allí los valores musicales abstractos. Es decir, a la inversa de la música clásica, que parte de una concepción y una notación abstracta que llevan a una ejecución concreta. Schaeffer quería reaccionar así contra el "exceso de abstracción" de la época, pero él buscaba también "reconquistar" lo abstracto en la música. Reconquista que, para él, debía pasar obligatoriamente a través de un retorno a lo concreto.(Paráfrasis de Michel Chion (1983). Guide des Objets Sonores. Éditions Buchet/Chastel, e INA/GRM, Paris)

Junto a otro Pierre, de apellido Henry, Schaeffer formará un binomio interesante que cosechará algunas de las piezas paradigmáticas de la música concreta titulados “Symphonie Pour Un Homme Seul” (1595) y “Orpheé” (1953). Más tarde formarán un trío musical con Jacques Poullin, que entrará a trabajar en el primer estudio de música electroacústica de la historia (y que estaba financiado por la RTF). En 1955 contaban con un grabador de cintas de tres pistas, una máquina con diez cabezales lectores capaz de generar loops con eco (conocido con el nombre de morfófono), un lector de cinta con veinticuatro velocidades de reproducción y otros artefactos creados por Schaeffer y Henry que utilizarán posteriormente Boulez, Stockhausen, Varèse, Messiaen o Hoenegger.

http://www.lastfm.es/music/Pierre+Schaeffer

http://www.monografias.com/trabajos-pdf/objetos-musicales-analisis-imagen-sonido/objetos-musicales-analisis-imagen-sonido.pdf

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